16 junio, 2008

Funeral y boda en Szék, Transilvania

Quien no ha peregrinado, ¿qué ha visto? Quien no ha visto, ¿qué ha alcanzado? Quien no ha alcanzado, ¿qué ha sabido? ¿Y qué puede llamar descanso quien no ha tenido fortuna por la mar o por la tierra? Pues, como dice Ovidio: «No merece las cosas dulces quien no ha gustado las amarguras, ni ha tenido regalado día en la patria quien no ha venido de larga ausencia a los brazos de sus amigos». (Lope de Vega, El peregrino en su patria)
Aquí dejamos tres momentos consecutivos de un viaje al pueblo de Szék, en Transilvania. Íbamos a una boda y encontramos, además, un funeral, el del abuelo de la novia, que acababa de morir. Son tres galerías de imágenes, sin más palabras. Primero, el viaje. El funeral y el entierro, nada más llegar. Y la boda, al día siguiente, con su larga fiesta hasta el amanecer. Ved un mundo que desaparece.


Nota: Aunque estoy seguro de que recorreréis estos tres álbumes de fotos, dejadme que destaque aquí abajo una de ellas. Son los músicos gitanos que, a solicitud expresa del difunto abuelo, tocaron durante todo su funeral y continuaron tocando, pocas horas después y casi hasta la extenuación, en la boda de su nieta. Todo junto fue una gran inmersión en el realismo mágico de la Europa del Este.

Funerals with Gypsy musicians, Szék (Sic), Transylvania

2 comentarios:

Anonymous dijo...

Hola,
aunque di con este blog hace mucho tiempo, es la primera vez que hago un comentario.
Primero me ha llamado mucho la atención la noticia sobre esta boda, yo viví dos años en Cluj-Napoca y conozco las tradiciones de allí, imagino la boda que vivirías, especial sin duda...y más sumada a un anterior entierro.
Esto encabezado con una cita del Peregrino , libro que conozco my bien y cita con la que me siento tan identificada.
Un abrazo,
María

Studiolum dijo...

María: fueron unos días de inmersión en un mundo regido por sus propias leyes y costumbres, tan lejanas a las españolas. Pero, a la vez, me recordaba fuertemente a la Mallorca rural que aún alcancé a ver cómo desaparecía ante mis ojos durante mi infancia. Cuando tengas ganas, cuéntanos qué te llevó a pasar dos años en Cluj, que nos hemos quedado con la curiosidad.

Un abrazo y hasta pronto!