02 agosto, 2010

Lesko, sinagoga sefardí




Si atravesamos la frontera entre Eslovaquia y Polonia por el paso de Dukla y giramos a la derecha a la primera oportunidad, llegamos a Lesko recorriendo durante unos cincuenta kilómetros una hermosa carretera de montaña entre los montes Beskides.


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La ciudad de cinco mil habitantes se asienta en el extremo sudeste del país. Desde este punto en adelante, la carretera conduce solo a los románticos montes Bieszczady, hasta la frontera ucraniana. Sin embargo, antes de la guerra pasaba por aquí la carretera a Lwów, desde Cracovia, a través de Krosno, o desde Bártfa/Bardejov por el paso de Dukla. Aquí, o en la cercana Sanok, cruzaban los comerciantes el río San. En el siglo XVI Lesko se convirtió en un importante centro comercial y artesano.


En 1436 la zona quedó en manos de Jan Kmita, señor de los castillos de Przemyśl y Lwów, y la ciudad todavía ostenta su escudo de armas. El abuelo de Kmita fue señor del castillo de Cracovia, y sus descendientes desempeñaron también cargos señalados: gobernadores de Cracovia, Belz, Sandomierz o Rutenia. La comunidad judía de Lesko prosperó bajo su patrocinio.




La situación económica y social de los judíos en la Polonia de los siglos XVI y XVII, escribe Heiko Haumann en Das Geschichte der Ostjüden (1998), era incomparablemente mejor que en ningún otro lugar de Europa. Se convirtieron en el punto de enlace entre los nobles y los labradores, entre ciudad y campo. Tenían virtualmente el monopolio de la administración de las propiedades de la nobleza y el control práctico del resto de actividades económicas —compra de grano,  mantenimiento de las posadas, venta de bienes manufacturados a los campesinos... Un dicho común de los nobles polacos es revelador: «Un noble polaco no está completo sin un judío»; mientras que la opinión que tenían los judíos la resume bien el gran estudioso del Talmud del siglo XVI Mose Isserles, de Cracovia: «Un solo medrugo de pan es mejor en esta región donde el odio no cae sobre nuestras cabezas que cualquier riqueza en las provincias alemanas».



Una peculiaridad de la comunidad judía de Lesko —en yidis Linsk— es que no eran askenazíes llegados de Alemania, sino sefardíes hispanohablantes, una verdadera rareza en Polonia. Más tarde la ciudad se hizo también centro de otras comunidades judías, ante todo jasídicas, y aquí nació Naftali Cvi, el rabino de Ropshitz, antepasado de seis dinastías jasídicas. La tumba de su padre, el rabino local, en el cementerio de Lesko todavía la visitan peregrinos que depositan sobre su lápida kvittles, notas con peticiones y ruegos.



Cada comunidad tenía su propia sinagoga. Todas fueron destruidas en 1942. Solo la sinagoga sefardí ha sobrevivido.




La sinagoga sefardí se erigió entre 1626 y 1654 en un estilo manierista extendido por toda Polonia. Su fachada, tras el vestíbulo de ingreso, se completa con una torre redonda que, según documentos históricos, se usó como prisión para los judíos —pues la autonomía de la comunidad incluía también la prerrogativa de jurisdicción interna. Su arca de la Torá labrada se elaboró según el modelo del arca de la Sinagoga de la Rosa de Oro de Lwów. En 1942 fue destruida juntamente con todo el mobiliario. Hoy, solo viendo las fotos de archivo podemos hacernos cargo su antigua vitalidad.


En la fachada de la sinagoga, un versículo del Libro del Génesis (28:17) proclama: ¡Cuán espantoso es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo:

מה־נורא המקום הזה אין זה כי אם־בית אלהים וזה שער השמים׃




La frontera germano-soviética trazada en 1939 por el pacto Molotov-Ribbentropp seguía el río San. Lesko cayó del lado soviético. Su población judía, que era el 60% de la ciudad y el 10% de los alrededores, solo sería deportada desde mediados de 1941, tras la invasión alemana de la Unión Soviética. Se estableció en la ciudad un gueto de confinamiento y sus moradores, a fines de 1942, fueron conducidos al campo de exterminio de Belzec.

Detalle del mapa que representa las deportaciones de judíos en Polonia en 1942. Los rectángulos
con una estrella indican guetos con más de dos mil personas, mientras la tumbas con una
estrella, lugares de masacres. Las líneas violeta marcan rutas de deportaciones

previas a mayo de 1942; las amarillas, posteriores a junio de 1942. Clic en
el mapa para verlo completo. Fuente: Wysiedlenia,
wypędzenia i ucieczki 1939-1959. Atlas ziem
Polski
(Atlas de las deportaciones,
exilios y emigraciones en
Polonia, 1939-1959)

Sus cenizas descansan ahora en esta tumba común del cementerio de Lesko.


נגזרנו לנו
העצמות האלה כל בית ישראל המה
Hemos sido cortados!
Todos estos huesos son la Casa de Israel.
(Ez 37:11)

Hoy no vive en Lesko ni un judío. La sinagoga la aprovechan como galería los artistas del vecindario. El cementerio —uno de los cementerios judíos más hermosos de la Polonia Oriental y del que pronto hablaremos— se ve invadido por una maleza que todo lo cubre. Las lápidas se van deshaciendo poco a poco.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Que testimonio de un tiempo ido, y a la vez de la capacidad de destrucción del hombre, para el hombre. Hago votos para que la Educación nos permita vivir en un mundo de tolerancia, respeto y paz.

Studiolum dijo...

Muchísimas gracias, Maximiliano, por publicar aquí unos deseos que compartimos completamente y por cuyo cumplimiento trabajamos todo lo que podemos.