15 octubre, 2018

Vuelo de caracol

μάντιν ἐπεὶ θησῶ νιν ἀοίδιμον ἐσσομένοισιν,
 ἦ μέγα τῶν ἄλλων δή τι περισσότερον,
γνωσεῖται δ᾽ ὄρνιχας, ὃς αἴσιος οἵ τε πέτονται
 ἤλιθα καὶ ποίων οὐκ ἀγαθαὶ πτέρυγες.
—Calímaco, Himnos, «Al baño de Palas», vv. 120-124—

Estas, entre otras promesas, hace Atenea a la ninfa Cariclo, la madre de Tiresias, para consolarla tras haber arrancado sin misericordia los ojos a su hijo que, involuntariamente, la vio desnuda cuando se bañaba: «Conocerá las aves, cuál es de buen augurio, cuáles vuelan en vano y de cuáles son los presagios desfavorables».

Más que tener dones de profecía, uno preferiría, con mucho, saber de las aves «cuáles vuelan en vano». ¿Se puede volar en vano?

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