La Ley de Emancipación de 1867 –que hoy hace ciento cuarenta y nueve años fue unánimemente aprobada por el parlamento húngaro– abrió el camino para el ascenso social de los judíos de este país. Al mismo tiempo, el Compromiso Austro-Húngaro tuvo como consecuencia un boom económico nunca antes visto para todo el país. La burguesía judía tenía así todos los motivos para pensar que Canaán ya está aquí (como dijo, en otro contexto, el gran poeta contemporáneo Sándor Petőfi).
Este sentimiento, este orgullo y confianza en la emancipación social y económica, se hizo visible en las grandes sinagogas erigidas a finales del siglo. Tamás Halbrohr, superior emérito de la sinagoga de Szabadka/Subotica, cita las palabras de sus constructores, «no construimos sinagogas, sino templos judíos», centros sagrados en pie de igualdad con las iglesias cristianas, cuyo diseño representativo y soluciones arquitectónicas también recuerdan el Templo de Jerusalén y la edad de oro que se asocia a él. Tales fueron las grandes sinagogas de las ciudades más importantes, Budapest, Pozsony/Bratislava, Nagyvárad/Oradea, Szeged, cuyo estilo historicista, y a menudo orientalista, hace referencia a la milenaria historia judía. O las impresionantes sinagogas de la grande llanura húngara, Hódmezővásárhely, y sobre todo Szabadka/Subotica, que utilizaron los motivos del «Art Nouveau húngaro» ideado por los arquitectos de Budapest para expresar su identificación con la nación húngara.
Recorrimos estos magníficos templos judíos a lo largo del pasado año con el equipo de rodaje de Eti Peleg. En cada uno conversamos con historiadores del arte, arquitectos, historiadores locales, miembros de las propias comunidades, para rescatar así las intenciones de aquellos constructores y comisionados únicos, y evocar juntos el espíritu de la época formulado en los edificios. El espíritu de una época que, de no estar mediado retrospectivamente y sin remedio por el prisma de la tragedia de medio siglo después, podríamos considerar en verdad como la edad de oro de los judíos húngaros.
La película ya está lista. Ahora buscamos distribuidores. Mientras tanto, ofrecemos aquí este breve resumen. Y, una vez más, damos las gracias a todos aquellos que nos ayudaron en su preparación.