我爱亨利摩爾的雕塑,尤其沉迷於雕塑中的孔。
Amo las estatuas de Henry Moore, especialmente el vacío que hay en medio de ellas.
(Gu Gan: 現代書法三步 (Los tres grados de la caligrafía moderna), Beijing 1990)
Amo las estatuas de Henry Moore, especialmente el vacío que hay en medio de ellas.
(Gu Gan: 現代書法三步 (Los tres grados de la caligrafía moderna), Beijing 1990)
Repasando otra vez la traducción húngara del libro de Lin Yutang dimos con un poema de Xin Qiji que nos gusta mucho y del que no puede decirse que haya sido nunca traducido al húngaro. En todo caso, esta versión suena así (añadimos una traducción española literal):
Ifjú napjaimban Csak vidámságban volt részem, De szerettem fölmenni a padlásra, De szerettem fölmenni a padlásra, Hogy bánatot színlelő dalt írjak. Azóta volt részem A bánat keserű ízében, És szót nem találok, És szót nem találok, Csak ezt: „Mily aranyos őszi óra.” | En los días de mi juventud Yo solo era partidario de la felicidad. Cuánto me gustaba subir al ático Cuánto me gustaba subir al ático Así escribiría una canción afectando pena. Desde entonces he participado Del amargo sabor de la pena Y no encuentro palabras Y no encuentro palabras Solo esto: «Qué hora dorada del otoño» |
Esta traducción, con su falta de precisión y errores de lectura, y especialmente con sus injustificadas adherencias sentimentales demuestra claramente por qué toda la tradición de traducciones poéticas del chino al húngaro (y podría añadir algunas a otras lenguas), deudoras del fin-de-siècle, son un completo error.
El poema chino es como un cuchillo. Preciso y agudo. Sus palabras son simples y encajadas casi a la fuerza. Son como los marcos del vacío en que consiste la esencia del poema y de la imagen chinos.
En consecuencia, en la Casa de la Poesía China optamos por traducir, primero, en una pequeña ventana emergente, una por una, cada palabra del verso para que cualquier lector comprenda claramente estos marcos; a continuación incluimos una transcripción romanizada que permite percibir el ritmo; y luego una traducción explícitamente cruda y literal. Al final, el lector podrá ensamblar el poema por sí mismo.
Invitamos a comprobar nuestro método aquí, con este poema de Xing Qiji traducido carácter a carácter y con su transcripción. Abajo damos solo la precisa versión al español.
De joven no sabía el gusto de la pena, subía a la torre. Subía a la torre, a cantar una pena fingida. | Mas hoy sé bien el gusto de la pena, y ya no quiero contarlo. Ya no quiero contarlo, solo decir qué hermoso, el frío otoño. |
Xing Qiji en este poema utiliza un juego de palabras –más bien un «juego de caracteres»– tan fino que no lo podemos traducir, apenas explicarlo. Sin embargo, este juego es la clave no solo del poema sino de la poesía china en general.
Las dos partes acaban con dos palabras similares, chóu y qiū (chjou y chyou). La final qiū 秋 de la segunda parte, formada con las imágenes de la oreja 禾 y el fuego 火 significa ‘otoño’, la estación en que se quema el rastrojo. En el último 愁 chóu de la primera parte encontramos el mismo 秋 ‘otoño’, pero sobre el signo del corazón y de los sentimientos 心 con lo que significa ‘pena’, «otoño en el corazón».
La poesía clásica de la dinastía Tang se esforzó en evitar esta palabra demasiado «lírica». El gran diccionario de la poesía Tang solo incluye dos apariciones. Sin embargo, el ci, el género poético popular del período Song que imitaba las canciones tradicionales, explotaba con frecuencia el sonido y la similaridad «etimológica» de las dos palabras, como vemos en Li Yu entre los poemas que hemos traducido.
Esta obra, muy conocida en su momento, está incorporada en las palabras de Xin Qiji cuando dice que en su juventud quería escribir sobre el «otoño de su corazón» –pero ¡cuán lejos estaba entonces de tener realmente el otoño en su corazón, y ahora sí que lo tenía!– ; ya hemos apuntado la razón en una nota previa – había alcanzado el punto en que ya no quería describir «el otoño del corazón» sino exclusivamente «el otoño» contemplado con toda la claridad de su frío y belleza pero omitiendo cualquier intervención sentimental 心.
Y si el poeta –junto con lo mejor de la poesía china– ha alcanzado y defiende esta restricción, por qué el traductor vuelve atrás y tiene que colarnos de contrabando e impunemente sus propias efusiones.