10 septiembre, 2011

Marca


Leyendo un viejo libro de expresiones en yidis, Michael Chabon cayó en la cuenta de que esta es una de las grandes lenguas muertas de Europa. Hace tan solo cien años la hablaba tanta gente como la que hoy habla húngaro, y desapareció del mapa lingüístico de Europa del Este sin dejar rastro. Como se trataba básicamente de una lengua hablada, apenas han sobrevivido un puñado de registros escritos: algunos libros bilingües de oración, unas pocas obras literarias profanas del siglo XIX, algunos periódicos y placas conmemorativas en cementerios y fosas comunes.

Tiendas en el gueto de Lwów en el autumno de 1941

Y los letreros de las tiendas de Lwów. Lwów es quizás la única ciudad de Europa donde todavía se pueden ver por la calle inscripciones en yidis. No sólo han resistido los setenta años de sopor de Bella Durmiente en que se sumió la ciudad, sino que se conservan todavía en las molduras decorativas de escayola de la actualidad cuando renuevan los comercios. Como en la fachada de la tienda de comestibles que vimos en la entrada anterior, en la esquina de la avenida Chornovola, detrás de la Ópera, donde el anterior barrio judío nuevo se unía al casco antiguo.




O como en la pared de la antigua lechería, en el mismo barrio, cuya foto nos mandó Alfanje y que anunciaba también su mercancía en otros dos idiomas perdidos de Lwów y Lemberg, que desaparecieron de la ciudad junto con el yidis.



Parece que los dueños de las tiendas también son conscientes de lo excepcional de las inscripciones en yidis de Lwów, como si se tratara de un sello o marca propia. Esto se aprecia en que no solo las conservan y renuevan, también las copian para dar un sabor antiguo y «de auténtico Lwów» a las de inauguración reciente. Como vemos en esta tienda de géneros de punto en la antigua judería nueva, a la vuelta de la esquina de la casa de Sholem Aleijem.


Con todo, su nuevo cuño se revela no sólo en la tipografía moderna. El equivalente de «tejidos de punto», que se ve aquí en caracteres hebreos, no está realmente en yidis —pues entonces debería ser שטריקוואַרג shtrikvarg—, sino en hebreo: סריגים sorigim. Aunque este uso de la lengua sagrada habría sido imposible a comienzos del siglo pasado, es evidente que hoy en día se impone una mentalidad más práctica, y que el tendero tiene en mente a los turistas israelíes que pasan por delante de su puerta en dirección a la placa conmemorativa de Sholem Aleijem. Que es, a su vez, la inscripción más reciente, y probablemente la última escrita en yidis en la desparecida Lemberik.


1906 אין דעם הויז האט געוווינט אין
׳אר דער קלאסיקאר פון דער יידישער ליטעראטור שאלעם-אלייכעם

In dem hoyz hat gevoynt in 1906 yar der klasiker von der yidisher literatur Sholem-Aleykhem

En esta casa vivió en 1906 el clásico de la literatura en yidis, Sholem Aleijem

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