Todo el mundo sabe cuándo fue la Revolución de Octubre. En noviembre. Pero ¿cuándo fue la Revolución de Febrero que la precedió? En marzo, por supuesto. Exactamente el 8 de marzo, el Día de la Mujer.
Manifestación de las trabajadoras de la planta Putilov de Petrogrado (hoy San Petersburgo) el 8 de marzo de 1917 (según el calendario juliano, 22 de febrero). Las pancartas dicen: «¡Alimentad a los hijos de los defensores de la patria!» «¡Subid el sueldo a las familias de los soldados – defensores de la libertad y la paz mundial!»
El Día de la Mujer se celebró por primera vez el 8 de marzo de hace exactamente 101 años, en 1914. A pesar de que las mujeres trabajadoras a lo largo de Estados Unidos y Europa lo celebraban desde 1908 en uno de los primeros domingos del mes de marzo, vinculándolo cada vez más al clamor por los derechos de voto de las mujeres, cayó el 8 de marzo por primera vez en 1914, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, y por segunda vez en 1917, en vísperas de la revolución.
Aquel domingo casi cincuenta mil trabajadoras de Petrogrado —los puestos de los hombres reclutados los ocupaban principalmente las mujeres en la mayoría de fábricas— salieron a la calle, exigiendo pan y el final de la guerra. Las protestas continuaron al día siguiente, y al tercer día todos los trabajadores de la planta de Petrogrado se declararon en huelga. La Duma buscó en vano la ayuda del zar en el frente, quien sin percibir el peligro disolvió la Duma airadamente. Las tropas organizadas para defender la capital se mostraban cada vez más favorables a los manifestantes. El 13 de marzo, recordando la práctica de la revolución de 1905, se formaron consejos de trabajadores y soldados. A petición de los representantes de la Duma, el zar abandonó y se estableció un gobierno provisional. Y diez días después Alemania, para desestabilizar aún más la situación en Rusia, enviaba a casa desde el exilio suizo, con pasaportes alemanes y a expensas del Estado alemán, a Lenin y sus compañeros que en las tesis de abril proclamaron el mantenimiento de la revolución hasta la victoria final del comunismo.
Las siguientes cincuenta y cuatro fotos, que documentan los primeros, agitados días de la Revolución de Febrero, se han publicado solo recientemente en Internet. Los originales se conservan en el Museo Estatal Ruso de Historia Política, y según los escasos datos disponibles, provienen de la colección de Ion Dicescu.
Ion Dicescu, de nombre ruso Ivan Osipovich Dik (1893-1938), era hijo de un pintor de brocha gorda de Bucarest. A los dieciocho años ingresó en el Partido Socialdemócrata y se convirtió en reportero del periódico del partido. En 1916, cuando Rumania entró en la Primera Guerra Mundial, luchó en Transilvania. Fue herido durante la retirada y lo atendieron en uno de los hospitales de campaña rumanos establecidos en la aliada Rusia. A principios de 1917 fue trasladado a San Petersburgo donde entró en contacto con el Partido Bolchevique. En abril se unió al partido, y se convirtió en periodista de Pravda. Desde la Revolución de Octubre luchó con los guardias rojos. En 1924, junto con otros comunistas rumanos en el exilio, redactó una propuesta formal para el establecimiento de la República Socialista Soviética de Moldavia, que en ese momento era sólo una estrecha franja —aproximadamente la actual República de Transdnistria—, en previsión de la re-anexión de la Besarabia rumana. En 1938, fue ejecutado por cargos de espionaje.
Las fotos que se conservan en la llamada Colección Dicescu no fueron probablemente tomadas por él mismo. Sus excelentes composiciones apuntan a fotógrafos de prensa de primera categoría, de los cuales —como veremos más adelante— había más de uno en San Petersburgo a principios de siglo. Las leyendas que acompañan a las imágenes podrían sugerir que son duplicados editoriales de fotos de prensa producidas por o vendidas a Pravda. Valdría la pena comprobar si se publicaron en Pravda o en otros diarios. Es cierto que después de la Revolución de Octubre algunas de ellas fueron publicadas en formato de tarjeta postal.
«23 de marzo. Funeral por las víctimas de la revolución. Cortejo fúnebre en la Avenida Nevsky. La pancarta dice: «Cayeron víctimas en el combate mortal», versículo de inicio de la marcha fúnebre de los trabajadores. Para sus diferentes versiones, ver nuestra entrada anterior. en «Poemas del río Wang»
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