Como en entradas anteriores veníamos hablando de animales, queremos felicitar la Navidad con la escena del Nacimiento de la predela que el maestro Joan Rosató hizo, a mediados del s. XV, para la iglesia del convento de santa Clara, en Palma (hoy puede verse en el Museo diocesano).
Ciertamente, llama la atención la presencia del perro, justificada quizás por tratarse de una adoración de los pastores, cuyo rebaño de ovejas se ve en la parte superior. Pero no conocemos otro caso donde el perro adquiera un protagonismo tan exageradamente central en una Natividad. Estando el pintor en Mallorca, así como por los rasgos y el color que atribuye al animal, seguramente ha de tratarse de un ejemplar de ca de bestiar, la raza autóctona de perros pastores mallorquines.
Es posible que al ponerse a trabajar en esta tabla para las clarisas de Palma, Rosató –que sin duda había viajado por Italia– recordara aquel otro perro que Pietro Lorenzetti pintó en Asís, la tierra de santa Clara, pero para una de las escenas finales de la vida de Cristo, la Última Cena, hacia 1320-25. La diferencia es que, en este caso, el animal que recibe las sobras de comida ante la chimenea de la cocina aparece bien justificado por la teología y la estética franciscanas en las que se integra, en la iglesia dedicada al poverello di Assisi, aportando una nota complementaria colocada, en todo caso, al margen del tema principal; mientras que nuestro ca de bestiar, ahí en medio, tan relevante, con tantísimo espacio para él solo hasta el punto de parecer observado piadosamente por la Virgen, nos deja preguntándonos por la razón de esta importancia.
Pietro Lorenzetti, Última cena, 1320-25. Basílica de San Francisco, iglesia baja, Asís.
Sea como fuera, feliz Navidad a todos y que en 2019 vivan en paz todas las criaturas.
Sea como fuera, feliz Navidad a todos y que en 2019 vivan en paz todas las criaturas.
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