19 septiembre, 2018

Las sinagogas de Sarajevo


Si uno pregunta hoy en Sarajevo por la sinagoga, todos le señalarán un hermoso edificio de aire árabe con las cuatro esquinas coronadas de torres construido en 1902 para la comunidad ashkenazi que llegaba en gran número desde la Monarquía. Firmó la obra Karel Pařík, el maestro checo que diseñó los setenta edificios más importantes de la Bosnia austrohúngara. La razón es que, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, esta es la única sinagoga activa en Bosnia, donde los tres mil judíos (hoy ya solo setecientos) que regresaron de los campos de exterminio rezan en bosnio, independientemente de su origen y lengua materna. Pero también influye el que a las otras antiguas casas de oración judías se las llame en la lengua de Sarajevo no «sinagoga», sino kal —kahal, comunidad religiosa—, con palabra tomada de los sefardíes / ladinos. De hecho, los judíos de Sarajevo hablaron en este idioma durante cuatrocientos años.

Esta postal fue escrita por Gizus a su amigo húngaro en Zalaegerszeg, en 1904, y es una muestra del enorme tráfico austro-húngaro en Sarajevo hasta aquel famoso tiro de pistola. El remitente de la segunda postal,
Alois Adamtschek, sin embargo, anduvo un poco despistado,
enviando una felicitación navideña con la imagen
de una sinagoga



En julio de 1492, cuando los Reyes Católicos expulsaron a los judios, el Sultan Bayaceto II les envió de inmediato la flota turca, gobernada por Kemal Reis —tío y preceptor del gran cartógrafo Piri Reis— para conducirlos hacia las provincias del Imperio Otomano. «Llaman a Fernando sabio, y ha hecho que su país sea pobre y el mío rico», dijo entonces, supuestamente, el almirante a sus cortesanos. Y envió fermans (edictos) a los gobernadores de sus provincias, ordenando que aceptasen y dieran benevolente apoyo a los refugiados. Así los judíos llegaron también a Sarajevo, donde en verdad disfrutaron de una acogida amable. Janissary Agha Siyavush, gobernador de Bosnia y más tarde Gran Visir, que nació en una familia húngara en Nagykanizsa, trazó un distrito especial para ellos lindando con el bazar. Era el Gran Patio, en sefardí Il Kortizo, y en turco Čifuthana, es decir, el caravanserai judío donde vivían y negociaban sesenta familias y donde edificaron su primera sinagoga, Il Kal Vježu, (el call antic, diríamos también en catalán, aunque refiriéndonos más bien al barrio).

La Haggadah de Sarajevo, compuesta en 1315 en Barcelona, el mayor tesoro de los judíos de Sarajevo

El asentamiento de los judíos sefardíes se remonta tradicionalmente a 1565, y al parecer llegaron en varias oleadas y desde distintos lugares de las principales rutas comerciales que pasan por Sarajevo, desde Salónica, Estambul y Ragusa / Dubrovnik. La sinagoga del Kal Vježu fue construida no mucho después, en 1581, y a pesar de los grandes incendios y de toda la destrucción nazi, aún mantiene su estructura original. Es un gran templo de tres naves, con galerías para las mujeres en ambas naves laterales. Las sinagogas sefardíes, a diferencia de las asquenazíes, miran hacia el sur; la heklah, el arca de la Torá, está en el ábside meridional. Esta sinagoga, que hoy sirve como museo judío de Sarajevo, está rodeada por un alto muro: es cuanto queda del kortizo original.


Hay otros enlaces húngaros en la historia judía de Sarajevo. En 1686, tras la toma cristiana de Buda –descrita desde la perspectiva judía por Isaac Schulhof en su Crónica de Buda–, varios judíos sefarditas de allí llegaron con el ejército otomano que se batía en retirada. Entre ellos estaba Cevi Hirsh, cuya familia, al igual que la de Isaac Schulhof, había sucumbido en el asedio de Buda. Fue el segundo rabino de Sarajevo que conocemos por su nombre; el primero fue Samuel Baruh (1623-1640), que descansa bajo la lápida más antigua del cementerio judío, en el distrito de Kovačić (sobre el que escribiremos más adelante), y durante un siglo sus descendientes ocuparon este puesto. Su hijo Haham Ishak Cevi empezó Pinakes, una crónica minuciosa de los judíos de Sarajevo. El texto se perdió en 1941, pero el último gran rabino, Moritz Levy (1917-1941) utilizó gran parte del mismo para su monografía de 1912, Die Sephardim in Bosnien.

Niña sefardí (“Spaniolisches”) de Sarajevo en una postal de principios del s. XX


El edificio de la segunda sinagoga, el Kal Nuevo, ubicado a su lado, va asociado al nombre del rabino más venerado de Sarajevo, Mojsije Moshe Danon (1815-1830). Quizá sea esta la historia más sorprendente. Sucedió que un judío de Travnik, Moshe Havijo, se convirtió al Islam, se unió así a los derviches locales, practicó la profecía y la curación milagrosa, y no dejó de maldecir a sus ex-correligionarios. De pronto, en 1820, desapareció. El gobernador de Bosnia, Ruzhdi Bey, sospechaba que los judíos de Travnik lo habían matado, pero como eran pocos y no podía sacarles mucho dinero, responsabilizó a los judíos de Sarajevo. Ordenó entonces arrestar al rabino y a diez superiores de la sinagoga, y cuando los tuvo en su mano, junto con también algunos cristianos ricos, les pidió un rescate de quinientos mil groschens de plata, a pagar en dos días, si querían librarse de la horca.

Dado que la comunidad logró recolectar solo seis mil groschens en esos dos días, la última noche el prestamista Ruben Levi recurrió a los principales musulmanes de Sarajevo para intentar que ablandaran el corazón del gobernador. Lo intentaron, pero fue inútil. Al día siguiente, sin embargo, en el ocaso, después de la primera oración, tres mil hombres musulmanes rodearon el palacio del bajá, Begluk. Los guardias fueron desarmados, los rehenes liberados, y el bajá logró huir por los pelos. El kahal decidió entonces gastar el dinero que habían recaudado en la construcción de una segunda sinagoga. El Kal Nuevo fue erigido en 1821. Todavía es propiedad de la comunidad judía, que lo usa como galería de exposiciones temporales.

Otra anécdota de Sarajevo pide ser contada en este punto: Se preguntó una vez a una delegación bosnia en el congreso de Estambul quién fue su mejor gobernador. Ellos respondieron: uno que salió de Estambul, pero nunca llegó a Sarajevo.

A la izquierda el «viejo», y a la derecha el «nuevo» Kal

Pero la historia no acabó aquí. Diez años más tarde, el rabino Moshe convocó a los antiguos rehenes, los judíos y los cristianos también, y anunció que, de acuerdo con la costumbre de los rabinos de Sarajevo, iría a Jerusalén en peregrinaje para ser enterrado en suelo sagrado. Sin embargo, predijo que nunca llegaría a la ciudad santa, y también que cada uno de los presentes tendría un hijo dentro del término de un año. Les confió el cuidado de su sepultura. Mientras viajaba hacia Ragusa / Dubrovnik, se detuvo en Stolać. Allí se bañó, se vistió ropa limpia y murió mientras rezaba en la cafetería. Su tumba sigue siendo un lugar de peregrinación para los judíos de Bosnia, que se reúnen alrededor de ella y rezan el kadish el 20 de junio, su jarzeit.

Tumba de Mojsije Moshe Danon fuera de los límites de Stolać. Abajo: peregrinos de Sarajevo en la tumba, antes de la guerra


Por una extraña coincidencia Stolać es también un lugar con importantes lápidas sepulcrales bosnias medievales, stećaks (stećci); así, la lápida sepulcral del rabino fue tallada en estilo similar. Todo el complejo monumental que compone la aldea se ha propuesto para formar parte del Patrimonio Mundial. Y es aquí donde nació el poeta bosnio más importante del siglo XX, Mak Dizdar (1917-1971), con interesantes poemas inspirados en estas tallas y sus inscripciones. Vamos a escribir sobre eso más tarde

«Lápida de Bogumil», como se llamaban las stećci en época romántica, en el monte Trebović, sobre Sarajevo. Abajo: stećci de la necrópolis próxima a la tumba de Moshe Danon.


La buena relación entre judíos y musulmanes también la documenta este otro hecho. Parece que la comunidad judía no tenía su propia mikve, sino que usaban los baños turcos de las mezquitas cercanas para sus abluciones rituales. Desde 1767 en adelante, los libros de cuentas informan regularmente de que los hammams de los dos complejos de mezquitas más grandes, el de Isha Bey y el de Ghazi Husref Bey, se contrataban para el baño ritual previo a las bodas.

Mujeres sefardíes de Sarajevo en una postal de principios del s. XX

Como el distrito al sur de ambos Kals era el área del bazar y de población musulmana, la dirección natural de crecimiento de los judíos sefardíes en el siglo XIX fue hacia el norte. Construyeron elegantes edificios eclécticos y Art Nouveau a ambos lados de la carretera que sale del bazar hacia Ragusa / Dubrovnik, llamada primero Shalom Albahari, después Čemalusa, y ahora calle de Tito. Antes de la guerra, había seiscientas tiendas de propiedad judía a lo largo de la calle principal. En su inicio, donde la carretera del norte que rodea el bazar y Ferhadija, se acaba encontrando con esta calle, un empresario judío húngaro, Daniel A. Salom construyó en 1893 una elegante casa en chaflán, el Gran Hotel, también diseñado por Karel Pařík. A su lado, a finales del siglo XIX, se edificó una casa de oración llamada Kal di Kapon, por el nombre de su fundador, el refinadísmo Avraham A. Kapon, tesorero de la comunidad, escritor y editor. También se lo llamó Kal de Đajen por ser su director más conocido Sebatej Đajen, y también Kal de lus mudus, casa de oración de los mudos, ya que usaban un coro durante el servicio, mientras los creyentes rezaban en silencio. La sinagoga es hoy una vivienda. Esta tradición del coro la mantienen en la sinagoga Ashkenazi, que también ofrece el rito sefardí y, con frecuencia, conciertos con un repertorio de canciones laicas sefardíes.

Čemalusa y el Gran Hotel en 1917. En este año, el Gran Hotel ya es el Landesbank (¿quién iba a visitar Sarajevo durante la guerra?) y la calle lleva el nombre de Franz Ferdinand. No por mucho tiempo.


Sinagogas de Sarajevo. Click sobre los puntos rojos

La cima de la colina al norte de Čemalusa, Mejtaš, con sus calles serpenteantes también era considerado un barrio judío. En su centro, en la calle Mejtaš se construyó la casa de oración Mejtaš, que también ha sido transformada en vivienda, pero los medallones del primer piso con las menorahs y las estrellas de David atestiguan su origen. Su fundador, Avram Papo, descendía de una de las familias sefardíes más prominentes, eran los farmacéuticos de la ciudad –el antiguo instrumental de la farmacia está hoy en el museo judío– y cuentan entre sus parientes a Laura Papo Bohoreta (1891-1942), primera escritora sefardí y primera feminista de los Balcanes. Más adelante diremos también algo de su libro titulado (así, en sefardí): La mujer sefardí de Bosna (Bosnia).

La casa de oración de Mejtaš, hoy

Imagen de la farmacia Papo en el bazar

La última y mayor sinagoga de la ciudad tuvo una vida tan fugaz que se borró completamente de la memoria de Sarajevo. Ni siquiera se menciona en la mayoría de la documentación on-line judía pero sí se encuentra aún material en los sitios de subastas postales. Esta gran sinagoga sefardí, la más grande de los Balcanes, fue erigida entre 1926 y 1930 como respuesta a la sinagoga askenazi en la orilla opuesta del río, en el barrio Art Nouveau. Su constructor, Rudolf Lubinski, judío de Zagreb, fue uno de los mejores artistas croatas de Art Nouveau. El Kal Grande, por tanto, fue construido en el mismo estilo Art Nouveau que el askenazi, pero también con muchos detalles Art Deco, con una gran cúpula elíptica y un patio de entrada a imitación de la Alhambra. Su ábside, según la tradición sefardí, miraba hacia el sur, al río, mientras que la puerta principal se abría al norte.


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La sinagoga, capaz de acoger a dos mil personas, solo estuvo activa diez años. Los ustachas invadieron la ciudad en abril de 1941 y, mientras sus anfitriones nazis arrancaban del lugar del asesinato de Franz Ferdinand la placa conmemorativa yugoslava dedicada a Gavrilo Princip y se la mandaban como regalo de cumpleaños a un antiguo cabo del ejército austro-húngaro llamado Adolf Hitler, ellos destrozaban metódicamente la sinagoga y cuanto contenía, incluidos los archivos de una comunidad con documentación de cuatrocientos años atrás. Los tres mil judíos que regresaron a la ciudad de una comunidad que antes de la guerra tenía doce mil miembros (el 20% de la población total de Sarajevo antes de la guerra) acordaron usar la sinagoga ashkenazi y donaron el Kal Grande a la ciudad. Fue restaurada en 1965 y hasta el cambio de régimen acogió la Universidad de los Trabajadores de Đuro Đjakovic. Hoy es la Casa de la Cultura Bosnia. En su salón, una gran menorá de mármol conmemora el 400 aniversario del asentamiento de los judíos en Sarajevo.

Hitler contemplando la lápida conmemorativa dedicada a Gavrilo Princip que le mandaron por su cumpleaños el 20 de abril de 1941, en el Illustrierter Beobachter

Saqueo del Kal Grande por parte de los vecinos después de la destrucción de los ustachas

El Kal Grande tras el pillaje

Queremos volver a la historia y los recuerdos de los judíos de Sarajevo. De momento escuchamos esta canción sefardí, conocida también en Bosnia, que dio el título a la película de Vesna Ljubić de 2001 sobre los judíos de Sarajevo. Aún se canta aquí a menudo, como vemos en esta versión de Barimatango en Mostar, o la de la Banda de Flamenco de Bojana Marković. La siguiente versión proviene de cerca, del grupo macedonio Baklava, utilizada en la película La tercera mitad (Treto poluvreme, 2013), sobre las tribulaciones de los judíos sefardíes durante la guerra. También se puede mirar / escuchar junto con el tráiler de la película (vale la pena verla).


Adio kerida. Baklava Ensemble.

adio, adio kerida
no kiero la vida
me l’amargastes tú

tu madre kuando te parió
y te kitó al mundo
korasón eya no te dio
para amar segundo

va buškate otro amor
aharva otras puertas
aspera otra pasión
ke para mí sos muerta


Lápida del cementerio judío del distrito de Kovačić

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