10 septiembre, 2018

Todas las aves del cielo...


El portal Colossal publicó no hace mucho una hermosa entrada con fotos de Caner Cangül y un breve texto de Kate Sierzputowski sobre las «casas de pájaros» de época otomana que se tallaban remedando mezquitas o palacios en miniatura y se colocaban en las fachadas de los palacios y mezquitas reales de Estambul. Una versión más extensa y abundantemente ilustrada de esta misma entrada se encuentra en el blog personal de Caner Cangül, Istanbulium, y en general es un asunto muy presente en los blogs que tratan aspectos la ciudad. Los «palacios de gorriones», como se les llama en la calle, se erigían principalmente por inspiración religiosa, como una buena acción hacia las criaturas de Dios. Sin embargo, es algo que cuadra de suyo en el cariño hacia los animales que manifiestan en general los habitantes de Estambul. Suelen tener sus mascotas personales pero también cuidan de los gatos y perros públicos que pasean por la ciudad, como puede verse en el delicado documental Kedi – Gatos de Estambul.


En Europa, el cuidado de los pájaros tiene una base más bien laica que se manifiesta en ir a echar maíz a las palomas de las plazas o acomodar torres para las cigüeñas, y hasta en el Día de las Aves. Por ello tiene especial interés que en Sevilla, la ley 19-IX-1896 sobre Protección de los Pájaros considerara necesario añadir —al menos en su admonitoria exposición pública— una referencia al temor de Dios exigible a los muchachos, como se lee en estos azulejos colgados en la pared.


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