23 junio, 2024

Sandía futurista en lata

 Inauguramos el verano oyendo hablar a una sandía barroca y hoy tenemos en la mesa una sandía  futurista enlatada por Marinetti en 1934. Tan fresca como el primer día.

Marinetti prologó en 1934 el libro de Tullio d'Albisola, con dibujos de Bruno Munari, L'anguria lirica (La sandía lírica), impreso sobre hojalata. Lo hicieron en la imprenta Lito-Latta de Savona. Fíjense en el magnífico gesto de orgullo y autoridad de los tres responsables. Poco después saldría, esta vez con
textos de Marinetti y dibujos de d'Albisola, el título 
Parole in libertà futurista.
Tattili, termiche, olfattive.

La editorial Brill acaba de publicar un completo estudio de Dalila Colucci sobre este que fue uno de los muchos proyectos incompletos del futurismo marinettiano: una entera colección de libros impresos sobre bruñidas páginas de hojalata. Se pone de relieve aquí la importancia que tiene la imaginación material para la configuración de las vanguardias y, me atrevo a decir, para el desarrollo cabal de cualquier poética a lo largo de la historia.

La historia de los soportes materiales de los textos es apasionante, desde la misma pregunta acerca de qué es un libro (indesligable, seguramente, de la aún más peliaguda: qué es propiamente un texto), hasta su volatilidad en la era digital. Hace pocos meses que tenemos también en español el repaso a las rarezas bibliofílicas –valioso especialmente por su magnífica documentación gráfica– de Edward Brooke-Hitching: Libros peculiares, manuscritos extravagantes y otras curiosidades literarias (Blume, 2024). 

Vale la pena ofrecer al curioso lector las «páginas» completas de L'anguria lirica (la sandía lírica) para tener una idea del resultado de la ocurrencia. Queda para nuestro discernimiento decidir si un texto mejora por estar impreso en seda, hojalata, papiro o pan de oro.



En la imagen 18 (supra), después del «Indice», V. Orazi firma un «Chiarimento». Lo traducimos aquí por si sirve de guía para la interpretación del conjunto:

ACLARACIÓN

     Cinco tiempos, es decir, cinco momentos típicos de la parábola pasional: la aparición de una sonrisa de una mujer joven, una caricia, un beso; el nacimiento de la pasión en la oculta elaboración del subconsciente; la insistente y persistente imagen de la mujer amada en la superposición de las otras apariencias; la fiebre del poseso; las alternativas de esperanza y desilusión: finalmente, la alegría solar del sueño de amor evaporado. 

La sucesión de los «estados de ánimo» ESENCIALES se capta y se rinde con inmediatez impresionista y con la típica agilidad de notación del paroliberismo futurista. 

La andadura prosística que caracteriza la composición no disminuye el lirismo, particularmente denso en imágenes frescas y empapadas de una juvenil sensualidad. 

La lírica evocación pasional concluye con los acentos de un gozoso éxtasis de amor, expresado con pocos toques, sumamente simples pero muy eficaces.

2 comentarios:

Rubem Amaral Jr. dijo...

Querido Antonio, hoy, por mera casualidad, volví a accesar Mesa revuelta, lo que no hacía mucho tiempo, porcuanto nada se publicaba en él desde 2019. Quiero celebrar el reorno del blog a la actividad con temas tan interesantes. Un fuerte abrazo, Rubem.

Studiolum dijo...

Querido Rubem, me alegra muchísimo tener noticias tuyas. En efecto, la Mesa Revuelta estaba tan «silenciosa y cubierta de polvo» como el arpa de Bécquer. A partir de ahora empieza una nueva vida y espero que no haya semana sin entrada nueva.
Te mando un abrazo bien grande.
Antonio.