MIENTRAS acabamos la edición del CD de los libros de Emblemas Españoles, nos salen tantas cosas al paso. Por ejemplo, este animal tremendo que vemos en la número 39 de las Empresas morales (Lyon: Anison & Posuel, 1688) de Núñez de Cepeda –imagen de arriba–.
La bestia Sucarate (también denominada succarath o su) es muy posible que llegue hasta Núñez de Cepeda de la mano de otro jesuita español como Juan Eusebio Nieremberg (Historia naturae, maxime peregrinae, libris XVI distincta, Antuerpiae: Ex Officina Plantiniana Balthasaris Moreti, 1635, p. 189 –imagen del centro–), quien habla de este fantástico y fiero animal de la Patagonia contándonos su curiosa piedad paterno-filial. Así, en lo moral, el sucarate sería la versión austral de la europea cigüeña, ave a la que ya Alciato (y antes Horapolo, y los naturalistas griegos y romanos) identificaba con esta virtud. Escribe Nieremberg: «Belluam rapacem apud Patagones Su, id est aquam vocant nonnulli, quod plerumque iuxta fluuios degat. Aliij dicunt Succarath. Torua est: primam oris acie quodammodò leonem aemulatur, aut hominem, nam ab aure barbata» . Y añade que, además de llevar a los hijos sobre la espalda, cubiertos y protegidos con la cola, luego los hijos recíprocamente cuidarán de los ancianos: «Tum filios reciconiare simili in parentes vetulos pietate, eosque portare & alere» (p. 189). Pero en realidad, ambas imágenes que aquí vemos provienen de la Historia animalium (Frankfurt: Bibliopolio Henrici Laurentii, 1620) de Conrad Gesner, a quien el sucarate interesó tanto que lo puso en la portada de su libro –imagen de abajo–.
La bestia Sucarate (también denominada succarath o su) es muy posible que llegue hasta Núñez de Cepeda de la mano de otro jesuita español como Juan Eusebio Nieremberg (Historia naturae, maxime peregrinae, libris XVI distincta, Antuerpiae: Ex Officina Plantiniana Balthasaris Moreti, 1635, p. 189 –imagen del centro–), quien habla de este fantástico y fiero animal de la Patagonia contándonos su curiosa piedad paterno-filial. Así, en lo moral, el sucarate sería la versión austral de la europea cigüeña, ave a la que ya Alciato (y antes Horapolo, y los naturalistas griegos y romanos) identificaba con esta virtud. Escribe Nieremberg: «Belluam rapacem apud Patagones Su, id est aquam vocant nonnulli, quod plerumque iuxta fluuios degat. Aliij dicunt Succarath. Torua est: primam oris acie quodammodò leonem aemulatur, aut hominem, nam ab aure barbata» . Y añade que, además de llevar a los hijos sobre la espalda, cubiertos y protegidos con la cola, luego los hijos recíprocamente cuidarán de los ancianos: «Tum filios reciconiare simili in parentes vetulos pietate, eosque portare & alere» (p. 189). Pero en realidad, ambas imágenes que aquí vemos provienen de la Historia animalium (Frankfurt: Bibliopolio Henrici Laurentii, 1620) de Conrad Gesner, a quien el sucarate interesó tanto que lo puso en la portada de su libro –imagen de abajo–.
En estas páginas francesas hay informaciones añadidas sobre las fuentes de Gesner, y sobre Ambroise Paré y Thevet que mencionan a esta misma fiera tan piadosa con los suyos.
Y nuestro amigo Rafael García Mahíques, en su edición del libro de Núñez (Madrid: Tuero, 1988, p. 186), nos da la nota naturalista identificando al animal con un mono amazónico de la familia de los cébidos: «en especial nos inclinamos a identificarlo con el saki barbudo o de espalda roja, o el saki barbudo capuchino».
1 comentario:
Es interesante. El paleontólogo argentino F. Ameghino hace referencia al Succarath, en su artículo sobre mylodones en Patagonia, del 15.06.1899.
ver el mismo aqui:
http://www.educ.ar/educar/superior/admin/verdocbiblio.jsp?url=S_COLECCIONES_FIN/NEOM.HTM&contexto=superior/biblioteca_digital/colecciones/
Saludos!
Austin Whittall
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