μάντιν ἐπεὶ θησῶ νιν ἀοίδιμον ἐσσομένοισιν,
ἦ μέγα τῶν ἄλλων δή τι περισσότερον,
γνωσεῖται δ᾽ ὄρνιχας, ὃς αἴσιος οἵ τε πέτονται
ἤλιθα καὶ ποίων οὐκ ἀγαθαὶ πτέρυγες.
—Calímaco, Himnos, «Al baño de Palas», vv. 120-124—
Estas, entre otras promesas, hace Atenea a la ninfa Cariclo, la madre de Tiresias, para consolarla tras haber arrancado sin misericordia los ojos a su hijo que, involuntariamente, la vio desnuda cuando se bañaba: «Conocerá las aves, cuál es de buen augurio, cuáles vuelan en vano y de cuáles son los presagios desfavorables».
Más que tener dones de profecía, uno preferiría, con mucho, saber de las aves «cuáles vuelan en vano». ¿Se puede volar en vano?
No hay comentarios:
Publicar un comentario